Luchas revolucionarias: la radicalidad de ayer y de hoy. Memorias de la VI Escuela de Formación Teórico-Política
Por Lissy Villar Muñoz
Carmen encarna la humildad en su cuerpo, pero también la lucha vuelta mujer. A pesar del miedo que puede implicar construir la Revolución o las revoluciones, ella sigue apostando por resignificar la vida, en uno de los espacios imprescindibles para hacerlo: la educación a niñas y niños mexicanos.
Oaxaca es territorio mexicano, pero también se constituye en una comunidad de resistencia y María del Carmen López lo muestra así. Para ella la educación va a resignificar la dignidad humana.
Al hacer un análisis de la identidad en la construcción de la resistencia, Carmen también recuerda las violencias que han vivido las mujeres que luchan por su comunidad, donde sus cuerpos han sido territorios intervenidos, y han sido escarmentados, violados.
Aunque también la fuerza del pueblo, la acompaña. “En el pueblo pasan cosas maravillosas”, comenta, al describir el trabajo de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación.
Con las interrogantes ¿cuáles son tus privilegios, donde se quedaron instalados los miedos?, la militante oaxaqueña relata la experiencia comunal en su territorio, donde, desde una educación liberadora inspirada en Paulo Freire y la educación popular, entiende que el pensamiento crítico tiene que ser puesto a servicio humilde y radical de la transformación cotidiana.
Vincular los aprendizajes, y analizar desde muchas aristas un mismo asunto, entender qué es el capitalismo, cómo afecta cada espacio y decisión de la vida cotidiana es sustento de la apuesta teórica y práctica de Carmen. Pero también el resultado de un proceso de construcción colectiva de educadores y educadoras oaxaqueñxs.
Estas conversaciones en cuerpo y alma tuvieron lugar como parte de la VI Escuela de formación teórica- política. Paradigmas críticos de la emancipación en el Caribe y América Latina, espacio que congregó posturas diversas sobre la Revolución y reformas. Vigencia del pensamiento de Rosa Luxemburgo.
Con la coordinación del Instituto de Filosofía y el apoyo de la Fundación Rosa Luxemburgo, se construyó un espacio de pensamiento teórico sobre la importancia de la radicalización de los procesos revolucionarios, que no es más que transformar las estructuras establecidas que no satisfacen la dignidad humana, ni las condiciones objetivas y subjetivas para la existencia digna.
Comunidad como levantamiento popular, como comuna, lo comunitario, el comunismo Vs el neofascismo.
La historia es nuestra y la hacen los pueblos, dijo el presidente revolucionario Salvador Allende. Y hoy esos pueblos, nuestros pueblos tienen el desafío de resignificar la comunidad en un contexto de auge del fascismo. En este sentido el candidato presidencial Sergio Massa ganó la primera vuelta electoral en Argentina, pero con un peligro evidente: el neofascismo encarado por Javier Milei sigue disputando la presidencia. Tantos temas que se conectan entre sí. Comunidad, construcción colectiva, los pueblos, el neofascismo.
Para conversar sobre comunidad, neofascismo, y una lectura al contexto latinoamericano el sociólogo e historiador chileno Marco Álvarez compartió algunas pinceladas y críticas del texto Izquierdas y neofascismo, de Álvaro García Linera.
Las revoluciones no la hacen los intelectuales, ni libros, ni teorías políticas, sino luchas concretas y movimiento. Y en este sentido “el comunismo es el movimiento que pretende superar las condiciones actuales de opresión. Por la tanto es en la lucha misma, en el movimiento mismo que se moviliza el pensamiento crítico y trasformador donde salen las ideas de la emancipación”.
Así cuenta Marco Álvarez que “todo lo otro es un aporte, un insumo, un granito de arena”, aunque reconoce en la lucha concreta los caminos para la transformación”.
Es un libro que forma parte de los Cuadernos Memoria y Utopía, que aborda una suspensión del tiempo, donde no hay horizonte ni utopía. De igual manera “pareciera que todo se desvaneciera en lo presente” y que no haya certeza estratégica, comenta Álvarez.
Álvaro García Linera explica en su texto que vivimos un tiempo presentista. “¿Qué sucede cuando los marcos legítimos con los que las sociedades organizan a mediano o largo plazo la dirección imaginada de sus múltiples actividades cotidianas se diluyen o paralizan? El horizonte predictivo con el que las personas dan sentido a sus planes, a sus proyectos de vida, se derrumba, y el presente se muestra como una interminable vorágine de acontecimientos que nunca acaban y, lo peor que no conducen a ninguna parte”.
Al valorar el neofascismo como fenómeno de masa, Marco Álvarez analiza la figura del candidato a la presidencia Javier Milei, quien es una figura construida por los medios de comunicación, por las redes sociales, un fenómeno construido en base a la estupidez.
Es una caricatura; que hace sentido en los sectores populares, una imagen que el neofascismo se hace cargo de una crisis profunda de los sistemas progresistas latinoamericanos, donde hay una crítica radical. El neofascismo es una amenaza, es una crítica radical a los progresismos latinoamericanos.
Milei está vinculado también al movimiento evangélico, como se vinculó el expresidente brasileño Jair Bolsonaro. En este sentido Marco Álvarez afirma que hay una relación entre religión e izquierda que no está resuelta.
La radicalidad de la Revolución: Rosa Luxemburgo
La VI Escuela de formación teórica- política también propició debates en torno a los postulados políticos de Rosa Luxemburgo y alrededor de sus categorías reforma o revolución. En este sentido se compartió el texto La revolución lo es todo, lo demás son minucias. Un homenaje a Rosa Luxemburgo en el centenario de su asesinato coordinado por Félix Valdés y el Instituto de Filosofía.
En el texto hay una idea clara que atravesó otros debates sobre el contexto latinoamericano, así como la experiencia revolucionaria del presidente Salvador Allende en Chile.
“Cuando Carlos Marx y luego Rosa Luxemburgo hicieron su crítica al capitalismo, propusieron eliminar el problema, no solucionarlo ni enmendarlo con reformas, lo cual significa descartar el mercado desenfrenado, irracional y criminal y con ello el Estado y la política corrupta, genuflexa e incorregible en sus formas tradicionales y gastadas- lo mismo que desde finales de 2019 reclaman las masas enardecidas en Chile, Bolivia, Haití y Ecuador, de manera espontánea y desde abajo-. Marx, aun sin ser el barbudo que devino en sus retratos, en su tesis doctoral en 1841 condenaba a todos los dioses del cielo y de la tierra que no reconocían a la autoconciencia y al ser humano como la divinidad suprema. Para él, el ser humano concreto debía dejar de ser humillado, sojuzgado, abandonado y despreciable. Esas verdades las intuyó muy bien Rosa, a pesar de no haberlas leído completamente y sí transitarlas en las urgencias de sus días. ¿Cómo emanciparse en su totalidad? A ello apunta uno de los trabajos contenidos en este libro, donde se ponen a debate las ideas de Rosa”.
En este sentido, investigadoras cubanas y chilenos abordaron el pensamiento de Rosa Luxemburgo, la praxis revolucionaria de Salvador Allende, el Movimiento de Izquierda chileno y figuras imprescindibles de la historia invisibilizadas por ser mujer y por su formación y acción radical como la política chilena Beatriz Allende.
Por su parte, la profesora de la Universidad de La Habana, Natasha Gómez abordó diversas posturas del legado de Rosa Luxemburgo, y cuánto de revolución o reforma existen en procesos actuales latinoamericanos. De igual manera las profesoras villaclareñas Mely Aróstegui y Ania Martínez Massip, dialogaron sobre la actualidad del pensamiento de Rosa en la experiencia cubana y su relación con otras experiencias históricas.