El joven que aspira*
Medardo Vitier
¿Y qué? Imaginemos que quiere ser profesor. Puede ser un graduado de Filosofía que piensa en una cátedra, para fijarnos en algún ejemplo. Supóngase que se trata de una inteligencia clara y de un estudiante aprovechado y de vocación por la Filosofía. La verdad es que con todo eso, deberá organizar su formación. Yo le indicaría lo siguiente, como aprendizaje serio, sin la prisa que suele notarse en quienes aspiran.
1. Estudio de varias Historias generales de la Filosofía, cotejándolas y anotando puntos salientes de modo sistemático. No señalo bibliografía. Baste recordar a Rivaud, en francés, a Windelband, traducido, a Bréhier, Abbagnano, Weber, Vorländer, Fuller…
2. No bastan, ni aún incluyendo a Ueberweg, en alemán. El aspirante necesita manejar Historias de épocas y de movimientos, como las de Zeller, de Wulf, Holding, Lange…
3. Lo anterior se afina mediante monografías sobre filósofos, como las de Peers y Demos dedicadas a Platón, la de Bréhier en torno a Plotino, el Aristóteles de Jaeger, etc.
4. Es imprescindible atender a los llamados, doxógrafos, que ordenan los fragmentos existentes de los presocráticos. Burnel, que aprovecha a Diels, contiene mucho a ese respecto. Hay que leer con frecuencia a Diógenes Laercio.
5. La Filosofía tiene su contexto en el resto de la cultura. Es un episodio de ella y no podemos aislarla. Importa la Historia de la cultura griega de Burckhardt, libro clásico, donde el autor pinta un animado cuadro de la colonización griega. Es necesario, porque la Filosofía halló sede en islas y en territorios distantes de Grecia. La Introducción al estudio de Grecia, de Petrie, pretende mucho menos, pero es Utilísimo.
6. Hay que leer —y es esencial— los textos mismos de los filósofos. De modo que sobre Kant, por caso, todo lo que se pueda, pero es necesario enfrentarse directamente con sus tres Críticas y preguntarse uno si las entiende. Así con cada figura mayor.
7. Hace falta por lo menos un buen tratado de Historia de la ciencia. El reciente de Sarthou, en inglés, es excelente. Dampier incluye menos. Es muy claro. Interesan a la Filosofía los orígenes de las Matemáticas, la Medicina, la Biología… Además, las ciencias particulares fueron separándose, con autonomía, gradualmente. La Psicología, por ejemplo, se considera aún por muchos una rama de la Filosofía.
8. El aprendizaje se intensifica con varias disciplinas filosóficas. La Ética ha tenido maestros en Aristóteles y Spinoza, a muchos siglos de distancia. Son contemporáneos nuestros Hartmann y Max Scheler, autorizadísimos. Del primero hay edición inglesa en cuatro tomos. El segundo está traducido al español. Dewey y Tufts colaboran en un tratado de Ethics, negador de casi todo lo anterior. Hay un gran libro orientador: Contemporary ethical theories, de Thomas English Hill (1950). Merece subrayarse la excelencia de esta obra. La Lógica ha experimentado una transformación. Compárense el texto de Hibben, que se ciñe a lo más admitido y establecido, el de los profesores Nagel y Cohen, que es crítico, y el de Dewey, que es revolucionario, y se advertirá cuánto hay de nuevo en la materia. Y esto, sin entrar en la Logística. La Ontología ha sido objeto de un nuevo tratamiento por Hartmann. Pero Heidegger está ahí, con su invasora doctrina. Otra disciplina perteneciente al dominio filosófico es la Teoría del conocimiento. Los cuatro tomos de Cassirer son magistrales, centrados en lo histórico. El librito de Hessen es muy útil.
9. En la transición de la Antigüedad a la Edad Media hay que detenerse en los compiladores que dan clara noción de las «artes liberales» y de los siglos en que el saber consistió en mera recepción, como legado del mundo clásico, con Boecio, Capella, San Isidoro…
10. Debe seguir el joven con una caracterización general de la Edad Media: tipo de civilización, clases sociales, espíritu de la cultura, sentido de la vida, lenguas nacientes, papel internacional del latín y otros rasgos determinantes.
11. Igual estudio ha de hacerse para lograr un concepto claro del Renacimiento. Burckhardt ilumina el tema en su conocida obra. Hay edición en inglés.
12. No se puede prescindir de las tituladas Introducciones a la Filosofía. Tengo a la vista ocho. Recomiendo sobre todo la de Joad. Hay versión española, que no he visto. El tratado, en inglés, es de lo más autorizado en su línea.
13. Si el aspirante maneja libros abarcadores como el Traité de Métaphysique de Jean Wahl, de ahora mismo, sentirá crecer su información y el caudal de doctrina.
14. Hay Diccionarios de Filosofía, como los de Lalande, en dos tomos traducidos del francés: de Runes, en inglés: de Ferrater Mora, en español. Este último es admirable: incluye asuntos y filósofos. El de Lalande solo asuntos.
15. El Diccionario clásico de Oxford ayuda para consultas sobre puntos de la Antigüedad.
16. Hay cuestiones polémicas, como la de la influencia oriental en la Filosofía griega. Unos la exageran; otros casi la niegan. Werner, entre otros; trata el punto. Otro tema debatido es el de la autenticidad de los Diálogos de Platón. No existe unanimidad acerca de los apócrifos. Hay que leer las trece cartas, que tampoco son todas auténticas. La séptima es de gran significación.
17. Debe notar el joven ciertas direcciones del pensamiento. Por ejemplo, el primado del ser, entre los griegos, el del alma en la Escolástica, el del conocimiento, en la Época moderna.
18. Y entérese del movimiento denominado Círculo de Viena, de principios de este siglo.
19. Y vea cómo la ciencia, en algunos de sus representantes, intenta que toda indagación le pertenezca, o sea que los temas filosóficos vayan incorporándose al corpus científico. Léase a Heisenberg.
20. La Filosofía tiene nexos con la Educación, con el Derecho, con la Literatura, con la Historia… Es el gran tema de las relaciones. Véase la base filosófica, por caso, de la Teoría del Estado.
21. Hay que familiarizarse con las grandes doctrinas contemporáneas, sobre todo el pragmatismo y el existencialismo.
22. ¿Y la cultura? Para Ortega y Gasset, su divorcio de la vida era «el tema de nuestro tiempo». Hay que estudiar la cultura en su continuidad, en su unidad y en sus conflictos internos como la vida, dramática.
23. Después de leer, estudiar, meditar todo esto y de manejar las obras que menciono y otras muchas, pregúntese el aspirante acerca de las soluciones de la Filosofía, y verá que hay problemas, no soluciones definitivas, como no sean las de la Ética. Pregúntese si el saber lo ha hecho arrogante o humilde. Pregúntese si ha llegado a un sentido de la vida. Ojalá sea el de un optimismo heroico. Sí, porque solo con heroísmo del ánimo podemos ser optimistas, para actuar a favor del Bien. Pregúntese si comprende que vivir es creer. Si cree que lo noble es más fuerte, que lo abominable está en condiciones de influir con eficacia.
Vea, en fin, si ha formado noción clara de lo que es Filosofía, como campo de antagonismos, donde se registran todas las propensiones de la inteligencia. Vea, por último, si tiene ahora conciencia de las múltiples formas de la Realidad y si está dispuesto a sugerir a la juventud las realidades superiores, sin caer en prédicas ilusorias.
Examine su honradez intelectual. Aprecie lo que debe a los idiomas, al menos al francés y al inglés. Después, con tiempo, estudie alemán, y hallará riquezas del espíritu.
Nota
(*) Publicado en Diario de la Marina, año 126, núm. 144, 21 de junio 1958, p. 4-A.